jueves, 18 de diciembre de 2014

Etapa medieval: siglos V a XII

Tras la caída del imperio romano se inicia la época medieval, que abarca un amplio período histórico en el que aparecen dos principios esenciales para resolver los conflictos internacionales de leyes:

    El principio de personalidad de las leyes.


    El principio de territorialidad.

Dichos principios coinciden temporalmente con distintas circunstancias sociales en las que se producen problemas entre particulares conectados con varios ordenamientos.
Principio de personalidad    

Fue utilizado en la parte occidental de Europa desde el siglo V hasta el IX y sirvió para resolver las controversias privadas con elemento extranjero que se produjeron por la pluralidad normativa acaecida con las diferentes invasiones que asolaron dicha parte del mundo. Cada pueblo se gobernaba por un Derecho propio y, al mismo tiempo, se yuxtaponían las normas de otras comunidades que conquistaban esos territorios. La consecuencia inmediata era la coexistencia de distintas comunidades de población en un mismo espacio geográfico, sujetas a regulaciones diferentes.

Para solventar la debida aplicación normativa a los sujetos sometidos a distintos Derechos, se acudió al principio de personalidad de las leyes, lo que se tradujo en la declaración del individuo de cuál era su ley personal a través de la Professio Legis.

De esta manera se discriminaba entre distintas normas que regulaban la misma materia de diferente manera y que tenían un ámbito de aplicación ratione personae diferenciado.

El principio de territorialidad de las leyes tuvo su apogeo entre los siglos IX a XII, coincidiendo históricamente con la etapa de consolidación del feudalismo.

Esta etapa se caracteriza por la aplicación del Derecho que está vigente en el territorio de la autoridad que lo adopta, de tal forma que el juez aplicaría la lex fori o, lo que es lo mismo, su propio Derecho a las controversias entabladas por los particulares y conectadas con varios ordenamientos

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